La primera fundación
Es difícil escribir la Historia con una H mayúscula, ya que los acontecimientos son muy recientes y el período muy corto (75 años). Tratemos sin embargo de destacar algunos puntos esenciales.
Preparación
Es en el año 1923, cuando conoció al conde Paul Biver (1886-1952), que el padre Lamy sintió que Dios le acababa de dar los medios para realizar su obra, de la cual él había tenido una visión en 1909. Buscando en vano la ayuda de otros sacerdotes para dirigir la fundación, tuvo que decidirse a los 77 años, a ser el primer superior general.
Chambourg
Acogido por Mons. Nègre (Tours) y autorizado por Roma, el grupo se instala a Chambourg (Indre-et-Loire) en 1930. El 22 de setiembre, en vísperas de partir, el padre Lamy y dos jóvenes que lo acompañaban, ven en el Pailly la estatua de la Virgen “llorar sobre las futuras desgracias de la Congregación”. Al llegar a Chambourg, el padre Lamy, acostumbrado a seleccionar con cuidado los jóvenes en sus obras, siente enseguida que estos son indiciplinados, superficiales y llenos de discordias. Se da cuenta que “no fueron bien seleccionados”. Despide a varios, pero los colaboradores sobre los cuales contaba, logran poner el arzobispo en contra de él y debe irse el 6 de enero de 1931.
Sepultura
Durante 10 años, la fundación quedará sepultada: su sobrevivencia depende de la fidelidad de tres hombres. Jean-Pierre Christian estudia en Roma y es ordenado sacerdote en 1939. El conde Biver se ocupa generosamente de las necesidades materiales. Y Charles Emmenecker (1906-1968) se ocupa del reclutamiento.
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