La historia de la abadía de Ourscamp precede, y de mucho, a la de los Servidores de Jesús y María. En la mitad del siglo VII, san Eloi, obispo de Noyon, funda a algunos kilómetros de su ciudad episcopal un oratorio dónde le gustaba venir a recogerse.
En 1115, el sucesor de san Eloi, Simón de Vermandois, pide a san Bernardo de Claraval una fundación monástica en ese mismo sitio. En 1134, una primera iglesia abacial es construida. Demasiado pequeña para una comunidad cada vez más numerosa, está integrada a un conjunto arquitectural más imponente, con dimensiones impresionantes: nueve tramos, 102 metros de largo, 24 de ancho y 16 metros de altura debajo de las bóvedas. En 1254, se la agranda nuevamente añadiéndole resplandecientes capillas en el ábside.
Al este de la iglesia abacial está edificado otro edificio: se trata de la enfermería monástica, utilizada actualmente como capilla conventual. Esto se debe al hecho que la iglesia abacial fue transformada en cantera de piedra al final de la Revolución francesa. Es en este período que la comunidad monástica fue dispersada. La abadía sufrió de las grandes crisis nacionales, desde la Guerra de los Cien años (fue saqueada por los ingleses) hasta la primera Guerra mundial (fue ocupada por los alemanes). Transformada en un hospital por el régimen revolucionario, luego fue utilizada durante todo el siglo XIX como manufactura (primero como hilandería luego como fundición). La primera Guerra mundial no dejará más que los dos edificios clásicos edificados en el siglo XVIII por los abades comendatarios, y la enfermería monástica.
Es pues en un lugar hermoso, pero marcado por las vicisitudes del tiempo y de la historia, que una jóven congregación se instala durante el otoño del año 1941. Desde aquel entónces, ella trabaja a dar de nuevo a los edificios aún en pie, su destino conventual y apostólico. La abadía de Ourscamp es la casa-madre de la Congregación de los Servidores de Jesús y de María.
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