Fotogalería
¡Hola! ¡Aquí te presento algunos de nuestros amigos! Todos un día se enamoraron de Jesús, y ahora están disfrutando sus Bodas, las Bodas del Cordero.
Venerable Antonietta Meo (1930-1937)
Antonietta vivía en Roma. A los 5 años, le descubrieron un cáncer de los huesos, y tuvieron que cortarle la pierna y ponerle un aparato.
Mientras recibía catecismo, Antonietta dictó y escribió 105 cartas a Jesús. «Querido Jesús, mañana ven a la escuela conmigo», «Jesús, ven a jugar conmigo», y a menudo: «Señor Jesús, dame almas»(para salvarlas).
Soportaba el dolor sin quejarse, con serenidad, y sonreía a todos. “Querido Jesús, tú que sufriste tanto en la flagelación por nosotros…, quiero hacer lo posible para poner remedio a tanto dolor… Querido Jesús, hoy me parece que no he hecho caprichos, y te ofrezco las privaciones que he hecho”.
La última carta: "Querido Jesús Crucificado, te amo tanto. Quiero estar contigo en el Calvario… Querido Jesús, te quiero repetir que te quiero mucho, mucho”. Murió con una sonrisa, a los 6 años y medio.
Beato Francisco Marto (1908-1919)
Francisco, con su hermanita Jacinta y su prima Lucia, eran pastorcitos guardando sus ovejas en Fátima (Portugal), cuando la Santísima Virgen se les apareció el 13 de mayo de 1917. Francisco tenía 9 años.
Lo que le impactó más fue cuando la Virgen dijo que muchos van al infierno porque nadie reza y se sacrifica por ellos. “Sacrifíquense por los pecadores, y digan con frecuencia, especialmente cuando hagan algún sacrificio: «O Jesús mío, es por amor de ti, para la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que son cometidos contra el Corazón Inmaculado de María».”
Su vida cambió, ofreció toda su vida espiritual, sus sacrificios, sus Rosarios, para “consolar a Jesús”, que sufre por los pecados del mundo. Francisco murió de la gripe española el 4 abril 1919 a los 10 años y 10 meses.
Beata Jacinta Marto (1910-1920)
Jacinta era la undécima hija en su familia, y tenía 7 años cuando la Virgen les empezó a aparecer en Fátima en 1917.
La Virgen anunció a los niños que si el mundo no se convierte, Rusia va a difundir sus errores (el ateismo) en el mundo, muchos van a sufrir y el papa será perseguido. Pero, dice la Madre, “al final mi Corazón Inmaculado va a triunfar, Rusia se va a convertir y un tiempo de paz va a ser otorgado al mundo”. Como Francisco, Jacinta se puso a rezar el Rosario con más fervor y a ofrecer sacrificios.
Los tres niños fueron arrestados y amenazados por el alcalde para que confesaran que habían mentido, pero se mantuvieron firmes.
Jacinta murió en 1920, poco antes de los 10 añitos, después de una larga enfermedad, ofreciendo todos sus sufrimientos para la conversión de los pecadores, por la paz en el mundo y por el Santo Padre.
Venerable Anne de Guigné (1911-1922)
Ana nació en 1911. En sus primeros años, era una niña caprichosa, celosa, dominadora y desobediente.
Tenía 4 años cuando su papa fue matado en la guerra (1915), y toda la familia tuvo mucha pena. Un día, su mamá le dijo: “Ana, si quieres consolarme, sé buena”.
A partir de ese momento, Ana cambió. Se imponía sacrificios para vencerse a si misma y contener su carácter por amor a Jesús. Dejaba que otros decidieran los juegos. A los 6 años hizo la primera comunión y escribió : “Mi pequeño Jesús, te amo, y para complacerte tomo la resolución de obedecer siempre”.
Cuando enferma, decía: “Jesús te lo ofrezco”… “Podemos sufrir por Jesús, porque él sufrió por nosotros”, y a los 10 años, con meningitis: “Mi Dios, quiero todo lo quieres”. Cuando rezaban por su salud, añadía siempre: “Y sana también a los demás enfermos”.
Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897)
Los padres de Teresita amaban mucho a sus hijas y no les pasaban ningún capricho. El diablo intuyó que ella le iba a robar muchas almas y la atacó con una enfermedad extraña, parecía en delirio, pero el 13 de mayo de 1883 la Virgen se le apareció sonriendo y la liberó. Luego de su primera comunión, ella hizo de Jesús Eucaristía el centro de su vida.
En la Navidad de 1886, tuvo su “conversión” : comprendió que Jesús le pedía olvidarse de si misma para hacer felices a los demás.
En 1887 rezó por la conversión del criminal Pranzini, y resultó que éste antes de someterse a la guillotina beso el crucifijo; y Teresa comprendió que Jesús la llamaba al Carmelo, para rezar por la conversión de los pecadores. Cada vez que cometía una falta, venía a Jesús con las manos vacías, con total confianza en su misericordia: así nos enseña a ser “pequeños”.
Santa María Goretti (1890-1902)
Los Goretti eran pobres campesinos. Cuando María tenía 10 años, su papá murió de paludismo, y la mamá tuvo que trabajar afuera. Marietta cuidaba sus hermanos menores; cumplía con amor y alegría las mil tareas cotidianas del campo.
Su vecino Alejandro, de 18 años, pervertido por lecturas impuras, quería tener relaciones con María, pero ella se negaba, diciendo: “No, Alejandro, es un pecado. Dios no lo quiere.” María era madura, conocía el valor del matrimonio y de las relaciones sexuales, que son un don de Dios para expresar el amor de los esposos y dar la vida.
Pero Alejandro, cegado por la pasión, subió un día con un cuchillo y la apuñaló 14 veces. Antes de morir, María dijo: “Que Dios le perdone. Quiero que esté conmigo en paraíso”. Tenía 12 años. Más tarde, en la prisión, Alejandro se arrepintió, gracias al perdón de María.
– Película
– Juan Pablo II habla de Marietta
Beata Laura Vicuña (1891-1904)
Laura amaba mucho a Jesús. El día de su primera comunión, le dijo: “Prefiero morir que ofenderte por el pecado”. Era servicial y generosa; oraba y ofrecía sacrificios para la conversión de los pecadores.
Laura sufría de la situación de su mamá, que vivía en concubinato con el estanciero en donde trabajaba. Laura se negaba a bailar con él, porque sabía que no se contentaría con bailar.
Su confesor le permitió ofrecer su vida para la conversión de su mamá. Se enfermó de tuberculosis. Antes de morir, a los 12 años y 9 meses, dijo a su mamá: “Sí, voy a morir. Se lo había pedido a Jesús. Hace 2 años ofrecí mi vida por ti, para obtener la gracia de tu conversión. Ah! Mamí, ¿no tendré la alegría de verte convertida antes de morir?” La mamá fue tan conmovida que prometió cambiar de vida; se confesó y comulgó, y huyo a Chile para escapar del estanciero.
y abrir el corazón a los demás
Beato José Luis Sanchez del Rio (1913-1928)-
En su familia, José Luis era un hijo ejemplar, piadoso y servicial. Era la época en qué el gobierno de México decidió destruir la Iglesia católica, y resultó un conflicto armado. Suspendido el culto en México el 31 de julio de 1926, muchos sacerdotes fueron martirizados por seguir celebrando los sacramentos.
José Luis también sintió el deseo de ser mártir de Jesucristo y derramar su sangre por la paz religiosa de su país.
Capturado y encarcelado, José se negó a pisotear la bandera de Cristo. El 10 de febrero de 1928, después de torturarlo para que renegara de su fe, lo acabaron con un tiro. Sus ultimas palabras a sus padres fueron: “Nos veremos en el cielo. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!” José Luís se cayó con el crucifijo de su rosario apretado en la mano. Tenía 14 años.
– Pelicula Cristiada subtitulada en español;
– Biografía de José Luis;
– Homilía de acción de gracias por la beatificación;
Santo Domingo Savio (1842-1857)
Santa Bernardita Soubirous (1844-1879)
Faustino Perez-Manglano (1946-1963)
Nació en 1946 en Valencia (España). Era alegre, simpático, y le gustaba estudiar, divertirse, hacer deporte y camping… « Voy a intentar la ascética del sí: decir sí a todo lo bueno. »
Amaba mucho a Jesús y María, y entró en un grupo espiritual de la Virgen. Desde 1960 sentía la llamada del Señor a consagrar su vida a Dios: « Es maravilloso pensar que voy a estar toda la vida al servicio de Jesús y María. Voy a ser un pescador de almas. Lo he pensado mucho y me gustaría ir, como religioso marianista, a Sudamérica, donde tanta falta hacen manos para salvar a las almas. »
En 1961 la enfermedad de Hodgkin minó su salud. « Estoy dispuesto a recibir de Dios todos los pequeños sufrimientos que quiera mandarme ». Y a los 16 años, aceptó la muerte con naturalidad. Antes de morir, prometió ocuparse desde el cielo de las vocaciones.
Beato Ceferino Namuncurá (1886-1905)
Su papá era el Gran Cacique de los Mapuches. Un día Ceferino le dijo : « Quiero estudiar para ser útil a mi pueblo ». Su ideal era ser sacerdote y volver entre su gente Mapuche para mostrarles el camino hacia el cielo. Así, a los 11 años, fue al colegio salesiano en Buenos Aires, y fue impactado por la vida de Domingo Savio.
El día de la primera comunión, hizo un pacto de absoluta fidelidad con su gran amigo Jesús. Desde entonces este muchacho, que encontraba difícil «ponerse en fila» y «obedecer al toque de la campana», se convirtió en un modelo de cumplimiento de los propios deberes. «Sonríe con los ojos», decían los compañeros. Era el alma de los recreos. Pasaba largas horas en la capilla, en íntimo diálogo con Jesús.
Enfermó de tuberculosis y lo enviaron a Roma, donde murió a los 18 años y medio.
– Biografía de Ceferino
– Homilía de beatificación
Carlos Lwanga y los martires de Uganda (1885-87)
Cuando los misioneros llevaron el Evangelio a Buganda, el rey Mutesa (+1884) tuvo la sabiduría de dejar sus súbditos elegir libremente su religión, a pesar de que eso implicaba un nuevo estilo de vivir y exigencias como renunciar a la poligamia y a prácticas espiritistas. Su hijo Mwanga no tuvo la misma tolerancia. No aceptó que los cristianos se sometieran a la autoridad de Dios y empezó a perseguirlos.
Cuando se encaprichó en imponer prácticas homosexuales a sus pajes, Mwanga consideró humillante que ellos resistieran los deseos de un rey, y ordenó decapitar a todos los que no renunciaran a su fe. Se identifican 45 mártires entre católicos y anglicanos, pero fueron muchos más.
Es de notar que Uganda hoy se destaca por su buen ejemplo entre las naciones del mundo, como el país que ha vencido el SIDA gracias a la monogamia, la fidelidad de los esposos y la abstinencia sexual fuera del matrimonio.
«No se contenten con ser mediocres.»
«No se conformen con ser de segunda fila.»
(Benedicto XVI, Saludo a los alumnos de Inglaterra)
Texto completo del saludo de Benedicto XVI
Santa Juana de Arco (1412-1431)
Juana nació en un pueblito de Lorena en Francia, y cumplió todas las tareas ordinarias del campo. A los 13 años, empezó a escuchar la voz de san Miguel, invitándola a cumplir sus obligaciones con amor.
La preparaba así para su misión. Francia estaba a punto de desaparecer, invadida por el enemigo. A los 16 años, Juana fue enviada al capitán de Vaucouleurs pidiendo una escolta para ir a explicarle al rey los planes de Dios para Francia. No se la tomó en serio. Pero cuando Orléans fue asediada, aceptaron: « Los hombres van a luchar, y Dios dará la victoria », decía. Ella tomo la cabeza del ejercito Francés, liberó Orléans, derrotó a los Ingleses, e hizo coronar al rey Carlos VII.
Luego el rey la abandonó. Fue traicionada, capturada y quemada en Rouen a los 19 años. Murió diciendo “Jesús, María”. Fue rehabilitada 25 años después y canonizada en 1929. Es secunda patrona de Francia.
– Pelicula Juana de Arco
– Recomiendo el libro Santa Juana de Arco, por Mark TWAIN, editorial Palabra (se vende todavía).
Beata Chiara Badano (1971-1990)
Fue con las parábolas del Evangelio que su mamá le enseñó a Chiara a hablar con Jesús y decirle “siempre sí”. El día de su primera comunión recibió como regalo el libro de los Evangelios: «Como para mi es fácil aprender el alfabeto, así debe de ser para vivir el Evangelio también!» A los 9 años entró en los Focolares, y procuraba siempre “poner a Dios en el primer lugar”. Vivaz, alegre y deportista, soñaba con irse a África como médico para curar a los niños enfermos.
A los 17 años le descubrieron un cáncer de huesos: «Si lo quieres tú, Jesús, lo quiero yo también», y dona toda su vida por los jóvenes y las personas que no creen: «Los jóvenes son el futuro. Tienen una sola vida y vale la pena gastarla bien!» Preparó su funeral como una joven prepara sus bodas. «No me queda nada, pero tengo aún mi corazón y con él pue- do siempre amar». Sus ultimas palabras: «Sean felices. Yo soy feliz».
Biografía, fotografías y más sobre Chiara
Beato Pier-Giorgio Frassati (1901-1925)
Pier Giorgio no imitó a su padre, que era un político liberal y increyente, sino que tomó muy joven el hábito de la comunión diaria.
A los 17 años entró en la sociedad de San Vicente de Paúl y se hizo amigo de los enfermos y los pobres. Se involucró en actividad social y política: “La caridad no basta: necesitamos una reforma social”; resistió tanto al fascismo como al comunismo. Estudió para ser ingeniero en minas y poder «servir mejor a Cristo entre los mineros».
Su deporte favorito era escalar montañas. Allí compartía su vida espiritual con sus amigos. “Como uno no sabe cuando la muerte lo llamará, es prudente cada día prepararse para morir ese mismo día”.
Enfermó de poliomielitis: “Si tuviese la desgracia de no creer, no serviría de nada vivir un instante más. Pero para quien cree, las dificultades de la vida sirven de esfuerzo para aferrarse a la vida”.
Pelicula: Pier Giorgio Frassati, subtitulada en castellano
Beata Juana Beretta-Molla (1922-1962)
Juana nació en Magenta cerca de Milán en 1922, se hizo médica y se especializó en pediatría. Participó en Acción Católica, aficionada a los viajes, al esquí y la música clásica. Se casó a los 32 años con Pietro Molla. Tenían gran deseo de dar la vida a muchos hijos.
Al estar embarazada de su 4ª hija, tenía un tumor en el útero. Era consciente de los riesgos de la situación: recibir el tratamiento común pondría en peligro la vida del niño; limitarse a extirpar el fibroma sin tratamiento, pondría en peligro su propia vida. Eligió esta solución por amor al hijo a punto de nacer, y murió poco después de nacer su hija.
Esta decisión consciente y libre la convierte en una de las santas más feministas de la historia, testimoniando la valentía femenina, su capacidad de ser expresión de gratuidad y amor.
Juan-Pablo II la canonizó en 2004.
«Queridos jóvenes»,
Les deseo a cada uno y cada una de ustedes que experimenten aquello de que habla el Evangelio: «Jesús, poniendo en él los ojos, le amó»… Deseo que descubran la verdad de que Cristo los mira con amor, y que la experimenten en lo más hondo, hasta el final.
(Juan Pablo II)
Documentos adjuntos
- info document [BMP - 148.3 kio]
Comentar este artículo