Serviteurs de Jésus et de Marie

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Buscando amor

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Écrire à l'auteur Padre José-Maria 3 de enero de 2016
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A Dios, que es amor y vida, pídele amor.

Amor a la vida.

Dará sentido a tu vida.

Sí, Señor, ¡dame amor!



Para preparar el futuro, debemos crecer en amor a la vida.

Si bien el amor es universal y está en todos a nivel natural, hay que pedir a Dios el don del amor, para que venga al corazón del hombre, y que vuelva a nacer nuevamente, pero en el corazón humano, de los cristianos especialmente.

«Es cierto que Dios está en todas partes, pero no se deja encontrar en todas partes. En vano lo buscarán en medio del ruido de los boliches y los placeres del mundo. No se deja encontrar sino en el silencio de la oración humilde y confiada» (Padre Lamy).

¿Por qué vives?

El hombre, hombre o mujer, está vacío, porque no tienen sentido, viven pero no saben por qué ni para qué.

Por eso hay que pedir el don del amor, no una pareja, y llenarse del don del amor.

A quien lo estamos pidiendo es al Dios todopoderoso hecho hombre, que amó con un corazón de hombre y sabe lo que es amor.

Jesús dice: «Yo soy la resurrección y la vida.» Nuestra meta es la resurrección y la vida eterna. ¡ESTAMOS DESTINADOS A SER ABRASADOS POR EL ETERNO ABRAZO DE DIOS! ¡Esto da sentido a la vida!.

Sí, pídelo. Padre, dame amor, enséñame a amar. Dame, Jesús, el don del amor, que da sentido a la vida.

Amor antes que pareja

Sí, pedir el don del amor, no pedir pareja. A veces confundimos amor con pasión o pareja. Eso es distinto. Pedimos primero amor, para tener sentido en la vida.

Después podrá venir la pasión, la relación sexual entre hombre y mujer, pero si no hay amor, si el alma no está preparada, ¿qué pueden COMPARTIR? Están vacíos. Por eso hay que pedir el don del amor, para tener amor a la vida, sentido a la vida.

Amor antes que cosas materiales

Es más importante pedir amor que cosas materiales. Cuantos padres dicen: «Cometimos un error, les dimos todo, y ahora nos hacen renegar…», o bien: «Le dimos todo: ahora tiene 29 años, no trabaja ni cocina ni plancha…», o bien: «Trabajé como loca para preparar el futuro de ellos, pero no les di lo más importante: ¡mi presencia!…»

Amor antes que trabajo

A veces piden trabajo, pero no lo tienen, porque les falta el amor. Jesús trabajó con manos de hombre, y trabajó con amor, Él es el Amor. Pídele amor, así vas a trabajar con amor y tu trabajo dará vida al mundo.

Tienen sus trabajos, sus profesiones, pero pregúntales si se sienten solos. Te dicen que sí, porque les falta el amor, que da todo. Debemos aprender a pedir el don del amor, que es la 3ª Persona del Dios Trinidad, y también pedir para el mundo, el don del amor a la vida. El hombre está solo, vacío, es para que COMPARTA.

Dame, Jesús, el don del amor, amor a la vida.

Amor antes que amigos

Muchos huyen de la vida, porque les falta Dios. Están juntos con muchos amigos pero están solos en su interior porque les falta el ser persona, les falta el amor, les falta Jesús. Deben rezar para que Jesús esté en ellos, que el amor esté en ellos. Si falta el amor, el hombre está vacío.

Ven Jesús a habitar mi corazón, y que tu amor esté en mí.

Jesús dice: «Si ustedes siendo malos saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?» (Lucas 11,13).

Dame Señor, el don del amor. Dame el Espíritu Santo, la Persona-Amor

Ella, María, que dio su cuerpo a la Vida con amor, ella es la Madre, la Esposa del amor a la vida.

¡Madre, dame amor!

Cada uno debemos pedir este amor, para nosotros y para nuestros hijos. Si te inflamas con ese amor a la vida, también podrás dar amor a tus hijos y a tu familia. Si no, tendrás soledad más que amor.

«La prueba que Dios nos ama, es que Jesús, cuando éramos todavía pecadores, dio su vida por nosotros». (Romanos 5:8).

«Deseo que cada uno de ustedes descubra la mirada de Jesús que lo mira con amor, y que la experimente hasta el fondo. Hagan la experiencia del amor de Dios» (Juan-Pablo II, Carta a los jovenes, nº 7).

Jesús dice:

ÉL QUE TENGA SED, VENGA A MÍ, Y BEBA EL QUE CREE EN MÍ. DE SU SENO BROTARÁN RÍOS DE AGUA VIVA (Juan 7,37-38).

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